Nacido en Lucena (Córdoba) en 1847, emigró a América y se estableció de manera definitiva en Costa Rica.
Primero viajó a Ecuador, en 1892, donde fundó la Academia de Bellas Artes y la de Guayaquil. De ahí fue a México, en 1896, pero hizo un alto en Costa Rica (por invitación del Gobierno), donde fue contratado para organizar la Escuela Nacional de Bellas Artes, inaugurada en 1897 y de la fue director hasta 1940 (cuando la mencionada escuela pasó a formar parte de la Universidad de Costa Rica).
Povedano implantó el academicismo en la Escuela que fundó y fue un consecuente opositor de las nuevas tendencias pictóricas de fines del siglo XIX y de las vanguardias de principios del XX.
El cordobés pintó cuadros que reflejan, idealizada, la cultura, la historia, el arte y la fisonomía de la población autóctona de América. Realizó asimismo una importante obra de temática nacional que incluye paisajes y temas costumbristas.
Introdujo la acuarela en Costa Rica y mostró interés por la flora del país.
Destacó en el retrato —representó a algunos de los más importantes políticos y personajes de la sociedad costarricense— y en paisajes, cuadros costumbristas y decorativos.
Obtuvo múltiples galardones y medallas en distintas exposiciones y congresos por sus trabajos pictóricos.
Entre sus condecoraciones cuenta con la Cruz de Caballero (de la Cruz Roja Española) o la nominación de Caballero de la Orden del Libertador de Venezuela.
FOTO – AUTORRETRATO: De Tomás Povedano

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