José Figueres Ferrer era hijo de emigrantes españoles. Fue, sin duda, la personalidad política más relevante en la Costa Rica de la segunda mitad del siglo XX. El hecho de ser de familia migrante es importante, ya que el que fuera fundador y presidente de la República de Costa Rica por dos períodos (1953-58 y 1970-74) -además de la figura fundamental para la abolición del ejército- proyectaba una visión de que su familia vino y se hizo en Costa Rica, sin deber nada a ninguna familia del país.
Es, tal vez, el más claro ejemplo de la imbricación de la emigración española en la sociedad costarricense. Hubo una reducción significativa en el número de españoles que llegaron al país y los cambios en el modelo político impulsado por Figueres y la persistencia del régimen franquista en España, a cambio, los hijos de las generaciones anteriores de españoles asentaron la presencia de los españoles en Costa Rica.
De los que llegaron, una parte importante estuvo relacionada con el mundo de la enseñanza universitaria, especialmente en la Facultad de Ciencias y Letras, donde destacó la figura de Constantino Láscaris Comneno, profesor de Historia de la Filosofía de la Universidad de Madrid, quien se considera el iniciador de los estudios de filosofía en el país. Sus obras son fundamentales para el desarrollo de la historia del pensamiento costarricense.
En el ámbito de la educación primaria en Costa Rica, las órdenes religiosas comenzaron a tener mayor influencia a partir de los años cuarenta, gracias a la alianza que estableció Rafael Calderón Guardia con la Iglesia para llevar a cabo sus reformas sociales. La llegada de religiosos españoles se intensificó después de 1939, y se fundaron once colegios a cargo de estas órdenes religiosas, los más destacados son el Marista, el Calasanz o Los Ángeles.