Buenaventura Espinach Gual, es hijo de Bonaventura Espinach Gaspar y María Rosa Gual Bassot; nieto de Juan Espinach Masaguer y María Gaspar Gavalda; bisnieto de Pedro Josef Juan Espinach Vives y María Tecla Masaguer; tataranieto de Juan Pablo Francisco Espinach Solé y María Vives -declarados honorables-; y tatataranieto de Francisco Espinach calificado de honorable, y quién contrajo nupcias con Paula Solé.
Buenaventura Espinach nació en Montblanch (Tarragona) en 1797, pueblo español de vida tranquila, caminos de tierra caliza, agricultura empírica y casas de piedra, la iglesia con plazoleta central -donde desembocaban callejuelas con orden en la plaza central del pueblo-. La población no disponía de alumbrado; había un pozo público donde beber agua y alguna tasca de vino, que era el lugar social de entretenimiento.
El tío abuelo de Buenaventura, Miguel Espinach Masaguer, quien años antes emigró a Perú, según testimonio lo invitó para que conociera los dominios de España.
El joven Espinach, de 21 años, en 1818 dejó Barcelona con destino a Cajamarca. en Perú, donde residió con su tío por 10 años.
Ahí aprendió sobre minería y otros oficios, hasta que se embarcó de aventurero a México. El barco naufragó frente a Nicaragua. Un sacerdote le recomendó que se fuera porque la guerra no tardaría en llegar. El destino quiso que viniera hacia Costa Rica.
En 1828, con 31 años, pasó a caballo por los Montes del Aguacate, notando la existencia de oro en la zona. Después descubrió las minas del Desmonte, ubicadas a 5 km antes de llegar a San Mateo, hoy día convertido en lugar turístico a orillas del río Machuca.
Buenaventura Espinach Gual contrajo nupcias en 1828 con Mercedes Bonilla Ulloa, vecina noble y benemérita de Cartago y de los primeros pobladores de Costa Rica, descendiente de los conquistadores. Tuvieron seis hijos: José Ventura, Ramón, Rosa, Cristina, Teodora y Mercedes todos de apellidos Espinach Bonilla.
Buenaventura Espinach, se naturalizó costarricense mediante decreto #223-17-VI-1830, y es el fundador de la casa de su apellido en Costa Rica.
Construyó el primer beneficio de café húmedo de Costa Rica, “El Molino” en Cartago. También participó en la junta itineraria para la construcción de una vía con la finalidad de dar salida a la exportación de café, desde Cartago a Puntarenas. Construyó el puente de piedra Las Damas, ubicado en La Garita -carretera hacia Atenas- y empezó a explotar las minas a través de excavaciones subterráneas.
Está considerado un empresario y hombre de gran influencia en Costa Rica.
De acuerdo con el testimonio del historiador Ulises Espinach, la familia Buenaventura Espinach y Mercedes Bonilla trajeron el primer piano al país, el cual hoy día está en el Museo Nacional.
Su hijo, el Dr. José Ventura Espinach, fue cofundador de la Asociación Española de Beneficencia, en el año 1866, mostrando con ello el amor a sus raíces y su buena voluntad para con el pueblo costarricense.
Buenaventura murió en Cartago en 1866, a los 69 años. Edificó su mausoleo en el cementerio de Cartago, es la mayor bóveda a piedra acantilada con contrafuertes arqueadas que se observa.
Costa Rica le reservó por su gratitud un lugar en el museo de oro en San José, estando expuesto el retrato de este ilustre hombre valiente forjador de industria, que dejó su tierra España para venir a Costa Rica.