Josep Pujol Martí (o señor Pujol, como lo conocían en Costa Rica) ya era uno de los corredores de bolsa más exitosos de Barcelona (España) con apenas 30 años. Pujol se casó con una joven Maria Arnold, quien seria la madre de Julie, su única hija.
A medida que su negocio prosperó, lanzó una exitosa empresa de importación de cereales y luego comenzó a exportar aceite de oliva.
Con la guerra civil española decidió mudarse a Francia. Cuandó estalló la Segunda Guerra Mundial, hizo de nuevo las maletas y se fue a Nueva York
Una vez establecido en EE UU, vio un mercado empresarial demasiado competitivo (era un inmigrante con un pequeño capital para autosuficiencia), así que aprovechó la primera oportunidad que tuvo para viajar a América Latina, la tierra de las nuevas oportunidades
En Costa Rica, de la que hizo su hogar en 1940, le fascinó la elegancia de la ciudad y su estilo de vida, la calidez y cultura de su gente, la paz, la hospitalidad y por las muchas oportunidades que ofrecía.
Emprendió una nueva aventura. Compró una granja a la que llamó Ceres, en Cartago, que le colocó en contacto directo con la agricultura.
Inmerso en las actividades diarias de la granja, vio la necesidad de hacer uso de los mejores fertilizantes para aumentar la producción y luego comenzó a producir fertilizantes organicos.
Así nació Abonos Agro, la primera de varias grandes empresas que establecería el señor Pujol. La respuesta de los agricultores fue inmediata. El negocio empezó a crecer y en 1945 se abrió la primera tienda de fabricación y venta de fertilizantes
En 1946, los clientes empezaron a pedir materiales de construcción, lo que resultó ser el gran paso para convertirse en la mayor promotora de construcción en Costa Rica.
Entre 1955 y 1958, Abonos Agro se consolidó como el principal importador de materiales de construcción.
En 1960, comenzó a establecer fábricas para abastecer una gran proporción de materiales básicos utilizados en la construcción, que fueron producidos en Costa Rica, generando riqueza para la nación y mejorando el sistema económico del país.
A mediados de los años 70, Pujol decidió vender la fabrica de fertilizantes para centrarse exclusivamente en el negocio de la construcción, que mantuvo el nombre de Abonos Agro. Josep Pujol mantuvo el control de las empresas hasta 1987, cuando, por motivos de salud, cedió la presidencia a su hija Julie.
En 2006 la empresa se vendió a una multinacional europea.
Su visión siempre se caracterizó por una especial sensibilidad hacia sus empleados, sus empresas fueron pioneras estableciendo beneficios laborales para los trabajadores, implementando el pago de beneficios de indemnización cada año, por lo que en realidad recibieron un 14º salario mensual cada año, y también favoreció la formación de muchos de ellos a través de becas. Sus empresas también fueron de las primeras en contar con una Asociación Solidarista.
Pero lo que más le conmovió siempre fueron los niños abandonados y las personas mayores. Creía que estos dos grupos eran muy similares y que nada podría ser más terrible que sufrir de soledad y de falta de amor y cariño en esas dos etapas de la vida.
Por eso, siempre fue un donante importante a orfanatos y residencias de ancianos. Motivado por su deseo de ayudar a las personas mayores, colaboró en la creación de la residencia de la Asociación Española de Beneficiencia (que hoy lleva su nombre), con la donación de los terrenos donde se alza, en San Antonio de Belén. Fue inaugurada en 1988, para atender a adultos mayores de nacionalidad española.
HISTORIA EXTRAÍDA DEL DOCUMENTAL JOSEP PUJOL-MARTÍ, THE STORY OF A MAN AND HIS DREAMS, DE SEBASTIÁN TENNA-PUJOL