Siendo muy joven, este gallego emigró hacia Cuba. donde permaneció por varios años. Llegó a Costa Rica en 1938, por el Puerto de Limón. En esta tierra, entusiasmado con la belleza y paz del país, planificó su vida para asentarse aquí, ya que Costa Rica había sido concebida tan solo como parte de un camino hacia Venezuela.
Trabajó en la construcción del ferrocarril al Atlántico, lo que en ese momento a él y a otros inmigrantes españoles les permitió el presidente de la República. Más tarde atraído por la compañía bananera United Fruit Company, obtuvo una jefatura y trabajó ahí por un tiempo.
Después, se dedicó a actividades comerciales y, por fin, al cultivo de café y frutales en dos fincas hermosas ubicadas en Desamparados, San José y Aserrí.
Fundó una familia con una joven costarricense. Estableció su hogar en esta tierra a la que amó profundamente y la que le abrió sus brazos amorosos.
Como buen gallego, fue un insigne trabajador y se dedicó con esmero y profundo amor a su quehacer. Pero no fue solo esto lo que le movió a luchar. La injusticia social la desigualdad, la marginalidad y la pobreza aguijoneaban su alma.
Vivió todo el panorama lleno de injusticia en la compañía bananera y fue un justo y fuerte bastión para muchos trabajadores, que encontraron en él un alma bondadosa que les tendió la mano.
Creyó firmemente en la educación como elemento liberador de la miseria y la ignorancia. Fue un gran líder comunal; en su finca floreciente, los moradores encontraron acogimiento, consejo y gran respeto.
Su casa fue de acogida para inmigrantes europeos de diversas nacionalidades que venían huyendo de los estragos de la Segunda Guerra Mundial. Encontraron allí apoyo alimento, descanso. Su amor desbordaba por la gente más desvalida a quien siempre atendió con un corazón rebosante de amor.
Estaba muy orgulloso de su nacionalidad española y de su siempre presente y amada Galicia. Fue un hombre amoroso, pero férreo en sus principios y valores. Un gran predicador de paz, con una notable elocuencia que lograba calar en sus oyentes.
![](https://museomigracion.com/wp-content/uploads/2023/03/cedula-provisional-de-inmigracion.-salvador-pampillo-garcia.jpg?w=427)
Fue muy querido y respetado por los vecinos y por quien lo conocía.
Trabajó durante muchos años en la Municipalidad de Desamparados y se caracterizó por la entrega, responsabilidad y amor con que cumplió con su trabajo, por esto fue reconocido por el Concejo Municipal (1986-1990)
Ciudadano distinguido, un gran padre y esposo, un líder comunal comprometido con el progreso del pueblo, de gran elevación espiritual, estudioso y amable, profundamente querido y que amó a Costa Rica profundamente. En fin, un español, un gallego que honró su nacionalidad y su condición de inmigrante.