La llegada de inmigrantes españoles a Costa Rica cambió significativamente después de la transición a la democracia en España, con un aumento de profesionales y trabajadores relacionados con empresas españolas, inversiones hoteleras, comercio exterior y cooperación internacional.
También hay españoles atraídos por la imagen del país en temas como la conservación de la naturaleza. Esta nueva ola de inmigrantes contrasta con los primeros inmigrantes españoles que eran principalmente agricultores, braceros, sirvientas o comerciantes.
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Muchos de los españoles que llegan en la actualidad lo hacen de la mano de empresas nacionales, como Globalvía (concesionaria de la Ruta 27), de capital español.
El perfil de los españoles que trabajan en Costa Rica ha cambiado, ahora trabajan como españoles y no como costarricenses, y su trabajo revierte en el país de forma indirecta.
Y es que la migración española en Costa Rica es de larga data. Allá por 1850 arrancaron las relaciones diplomáticas entre ambos países. Desde entonces, los lazos culturales y económicos no han hecho otra cosa que crecer.
Como muestra, el número de españoles inscritos en la Embajada, que pasaron de poco más de 4.000 en 2008 a los 10.500 de la actualidad. Y datos de la Dirección General de Migración de Costa Rica cifran en 15.000 el número de españoles residiendo en el país.
Las relaciones entre ambos países son hoy más fuertes que nunca y la Embajada de España y el Consejo de Residentes Españoles, con el apoyo del Centro Cultural de España, buscan honrar la memoria de tantos conciudadanos que llegaron a Costa Rica en distintas épocas con este Museo de la Emigración Española en Costa Rica.